Se nos fué un forjador de utopías, la primer gran esperanza de los que queremos a la democracia y respetamos las instituciones. La imágen de un presidente que humanamente puede cometer errores pero de moral inmaculada. El ejemplo que no siempre quisieron seguir todos los que le sucedieron. Un jefe de estado (y no un cholulo demagogo) que no tuvo miedo de darle un par de cachetadas al pueblo cuando la situación lo ameritaba, sólo para hacerles entender que primero está la institución democrática, antes que cualquier capricho y que hay que preservarla poniendo de nuestra parte todo el esfuerzo que esto demande.
Algunos enlaces:
Adiós a un defensor de la democracia
Murió un ex presidente, murió un demócrata
Masiva despedida a Raúl Alfonsín
Muchísimas gracias por el enlace a mi entrada.
Un cordial saludo 🙂
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